martes, 21 de febrero de 2017

Crónica del VII Raid Villa de Madrid

Hablar del Raid Villa de Madrid es hablar de una prueba diferente, distinta a cualquier otra a la que podamos estar acostumbrados. Es una competición, sí, pero es otra cosa.

Cuando a finales de diciembre Regina nos habló de la prueba me llamó la atención eso de "Raid". Rápidamente pensé en el Paris-Dakar, puntos de control, orientación, navegación..., ¿pero cómo hacer eso en una prueba andando por Madrid?, así que se despertó la curiosidad y decidimos que íbamos a probar, participaríamos con nuestros bastones de marcha nórdica. Además, un placer, como siempre, coincidir con conocidos como Regina o Ignacio Javier que por supuesto estaban allí con sus bastones.

Un diez (porque no se puede dar más) al departamento de comunicación del Club K y K Motor, organizador de la prueba, amables hasta decir basta, respondiendo a todas las dudas, preguntas..., que no fueron pocas.

En cuanto a la prueba en sí comenzar diciendo que en la sesión informativa (prefiero eso a briefing) anterior a la salida nos dieron una serie de pautas básicas y nos invitaron a disfrutar de la prueba, así que les tomamos la palabra. Por cierto un detalle por parte de la organización los riquísimos, y no exagero, cruasanes con los que nos obsequiaron antes de salir.

Impresionante la salida, frente al Palacio Real de Madrid, en los Jardines de Sabatini. Y tocaba ponerse a caminar, salida por Plaza de España, Templo de Debod, Parque del Oeste, Madrid Río y entrada a la Casa de Campo por el Puente del Rey, bordear el Lago, el Barranco de la Zorra hasta llegar a la valla, subir a la Puerta de Somosaguas, la Casa de Vacas, volver junto a la vía del ferrocarril, cruzar el arroyo Antequina aprovechando alguna piedra que sobresale, volver a cruzar el arroyo, pasar por debajo el Puente Colorado y de nuevo llegar al Lago, desde ahí La Faisanera y el Reservado Chico para completar los 26 km de la prueba... Un recorrido espectacular, en el que por si fuera poco la climatología acompañó de principio a fin. Ya desde el comienzo vimos claro que la orientación no iba a ser un problema, el recorrido estaba perfectamente balizado y no era necesario tirar de brújula, ni siquiera de hoja de ruta (perfectamente detallada por otra parte). Gema Paula y yo nos tomamos el recorrido con calma, no íbamos a un ritmo muy fuerte pero tampoco se puede decir que fuésemos "mirando escaparates".

Me gustó mucho el recorrido, prácticamente todo por caminos y senderos, unos más anchos, otros más estrechos, con sus cuestas algunas de las cuales ya se hacían duras cuando llevabas 17 o 18 kilómetros en las piernas y en los brazos porque en la marcha nórdica también se mueven los brazos ;). Bien, muy bien, las zonas de avituallamientos en algunos de los puntos de control en los que siempre podías coger bebida y reponer algo de fuerzas. Una visión diferente en definitiva de la Casa de Campo, otra manera de disfrutar de las 1722,6 hectáreas de este paradisiaco lugar en pleno centro de la capital.

Al final, aunque el gps marcaba algo menos, los casi 26 kilómetros de raid los cumplimentamos en 3 horas y 45 minutos, a un ritmo de casi 7 kilómetros por hora incluyendo las paradas en los puntos de control y avituallamiento.

Una experiencia diferente, muy divertida, muy amena, muy recomendable y con una cierta dosis de dureza porque 26 kilómetros no dejan de ser 26 kilómetros. Pero lo pasamos muy bien, nos gustó y ya veremos qué pasa el año que viene...

Por cierto Gema Paula, en la categoría de senderistas 26 kilometros, llegó en segunda posición en categoría femenina por detrás de Regina, aunque como digo no era ese el objetivo de la prueba, o al menos no el nuestro.

Aquí os dejo las clasificaciones oficiales de la prueba.


2 comentarios:

Monika dijo...

Que bonita prueba yo quiero el año que viene.

Monika dijo...
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