Poco he hablado hasta ahora en el blog de los "entrenamientos" de marcha nórdica, posiblemente porque no me lo había planteado hasta este momento ni siquiera como entrenamientos, simplemente eran salidas a disfrutar y pasarlo bien, pero hoy quiero compartir con los lectores y seguidores del blog algo relacionado con este tema. Supongo que a algunos, expertos en la competición, lo verán como algo anecdótico, quizás algo por lo que ellos pasaron en su momento y poco más, pero es posible que a otros, más novatos en estas lides, les pueda servir de algo y puedan sacar alguna conclusión interesante al respecto.
Esta mañana he salido con los bastones por dos veces, por la mañana temprano con Gema Paula, mi mujer, a dar un paseo por el Jardín del Príncipe, no había ninguna ruta marcada sino que íbamos cogiendo los caminos que iban surgiendo a nuestro paso. Un paseo muy agradable, a buen ritmo, con una temperatura perfecta, algo de fresquito quizás pero perfecto para hacer marcha nórdica. Al final algo más de 9,5 km en aproximadamente hora y media, a un ritmo medio de 9 minutos 20 segundos el kilómetro.
Después, a media mañana, volvía a salir con mi hija Paula y mi sobrino Juan. Nuevo entrenamiento de 6 kilómetros en total en 50 minutos aproximadamente. Pequeño cambio en los bastones, alargándolos hasta el metro dieciocho, cinco centímetros más de lo que llevo habitualmente. Íbamos a probar a hacer un "entrenamiento" y nótese el entrecomillado con series.
Primero, después de un pequeño calentamiento, hemos hecho cinco series de 200 metros, alternando 200 metros a ritmo normal y luego 200 a ritmo rápido por un terreno de tierra algo irregular. Prácticamente en todas las series he repetido el tiempo, un minuto y medio lo que supondría un ritmo de siete minutos y medio el kilómetro. En una serie me acompañaba Paula y en otra Juan, y curiosamente me ha llamado bastante la atención que a ellos este juego les parecía mucho más divertido que "andar por andar". Era un poco como picarse a ver si mejoraban el tiempo, pero lo cierto es que les ha parecido un poco duro y han terminado abandonándome :)
Después he cambiado el terreno y he pasado a asfalto y allí he realizado cuatro series de 250 metros, igual que antes alternando 250 metros a ritmo normal y luego otros 250 más rápidos. Se notaba bastante el terreno, más liso y regular, y los ritmos han estado entre los siete minutos quince segundos y los siete minutos veinte segundos en las cuatro ocasiones.
¿Y qué me ha parecido este nuevo entrenamiento?
Un primer detalle a destacar, es que cuando hacía la serie a ritmo rápido la técnica pasa a un muy segundo plano, lo importante y lo que primaba era la velocidad y así forzaba una posición con la que no termino de estar cómodo, el cuerpo algo más echado hacia delante y los brazos que evidentemente al alargar los bastones no pasan demasiado atrás de la vertical de la cadera si es que llegan a superarla.
El segundo detalle es que me daba la sensación, no sé si cierta o no, de que cuanto más rápido iba más tiraba de piernas y menos usaba los brazos y los bastones para impulsarme, es decir que tenía la impresión de que estaba perdiendo lo que es la esencia de la marcha nórdica, andaba o marchaba, deprisa, bastante deprisa, pero no estaba haciendo marcha nórdica, eso era otra cosa.
En todos los entrenamientos y hablo de la carrera (running) cuando uno quiere mejorar sus tiempos llega un momento en que empieza a hacer series, yo hasta hoy nunca las había hecho con la marcha nórdica y supongo, de hecho estoy convencido, de que empiezo a hacerlas tarde por ejemplo para las pruebas de Miranda de Ebro o de Cartagena que ya están a la vuelta de la esquina. Supongo que en las próximas semanas volveré a probar con las series, seguramente alargando un poco más la distancia hasta el kilómetro aproximadamente, pero a diferencia de Paula y Juan que las veían como algo divertido a mí, personalmente, no terminan de entusiasmarme posiblemente porque me entran muchas dudas de si estoy haciendo marcha nórdica o simplemente sacando los bastones de paseo.
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