Fotografía: Facebook de Kv+ |
Durante estos últimos diez años ha tenido puesta siempre la sillita de bebé. Primero para Paula, siempre tranquila en su silla, sin moverse, y de vez en cuando echando un sueño aunque hubiera baches en el camino, después Celia, algo más movida y siempre acariciando mi espalda y por último Adriana, un auténtico terremoto a la que le encantaba moverse continuamente haciendo que la bicicleta fuera de un lado a otro, y por cierto siempre con algo de comida en las manos porque en caso contrario se dormía rápido...
Afortunadamente ya están las tres crecidas y cogen ellas sus bicicletas (o los bastones de marcha nórdica), pero es que ya me estaba viendo como la chica de la imagen... Por cierto si Rebeca lee estas líneas ya puede ir tomando nota. Nothing is impossible
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