viernes, 14 de octubre de 2016

Reflexiones personales tras dos competiciones...

Anunciaba el otro día, en la penúltima entrada del blog, que iba a hablar de competiciones, pruebas, reglamentos... y lo iba a hacer tras participar en dos pruebas en estos dos últimos fines de semana, la de Miranda de Ebro y la de Cartagena, dos pruebas con muchas similitudes y a la vez con muchas diferencias. Han sido mis primeras dos pruebas como participante y creo que ya puedo sacar ciertas conclusiones.

Empiezo por las similitudes porque son más que las diferencias, aunque algunos no lo quieran ver así. Las pruebas han tenido detrás a dos enamorados de la marcha nórdica, dos personas que además apuestan por la divulgación y el fomento de la misma y además apuestan por la juventud de manera inequívoca. ¡Bien por ellos!
Las pruebas estaban preparadas con esmero, tienen su buena dosis de trabajo detrás, seguro que han quitado horas a la familia, a los amigos, pero seguro que tanto Qanzio como Piri las dan por bien empleadas, porque la marcha nórdica es su pasión, y quien los conozca lo sabe.

Dicho esto, antes de nada hay que dejar claro que una competición es eso, una competición, y por tanto se trata de llegar antes que los demás, ser el más rápido. Evidentemente no todos tenemos las mismas capacidades físicas, ni hemos entrenado lo mismo, ni tenemos una técnica igual de buena y por eso unos compiten por ganar, por ser los mejores, por subir al podio y otros compiten para mejorar sus antiguas marcas, para superar retos o para completar un objetivo, pero cuando uno va a competir tiene que tener muy claro que no va de paseo, que lo de la marcha nórdica saludable está muy bien pero queda para otro ámbito, eso se queda para el paseo del domingo, en una prueba hay que venir a intentar dar al menos el 100%, luego se podrá terminar con la sensación de uno que podía haberlo hecho mejor o haber ido más rápido, pero esa ya es otra cuestión.

Empiezo por un tema peliagudo, ¿qué pasa con el reglamento? Porque resulta que no tenemos un reglamento homogéneo, un reglamento que sea igual para todas las pruebas, ¿alguien se imagina que cuando va a jugar un partido al Bernabeu no se pite fuera de juego o en el Nou Camp todas las faltas se tiren sin barrera? Vale, lo sé, es un ejemplo exagerado, pero con pocos matices es lo que está sucediendo a día de hoy en las pruebas de marcha nórdica, cada una tiene su reglamento y creo que eso no deja de suponer un problema. Ciertamente no había demasiadas diferencias en los reglamentos de las dos pruebas más allá de matices y detalles que a unos les parecen enormes y a otros insignificantes. Aún así, ¿no sería mejor tener un reglamento claro e inequívoco?...

La FEDME tiene su borrador de reglamento, a fecha de hoy aún debe aprobarse, pero es un documento con muchas, muchas páginas y que a mí modesto entender está incompleto y además abierto a libres interpretaciones.
Empieza dando la definición de marcha nórdica, de las competiciones y entre sus objetivos no aparece el de fomentar la práctica de la marcha nórdica, como sí hace por ejemplo el reglamento de la Federación Murciana, pero es que además no hay categorías infantiles, juveniles, cadetes... ¿Pretende la FEDME que los chavales y chavalas no compitan? Pues si no lo pretende, lo parece.

Luego está por ahí el tema de los árbitros, el farragoso y espinoso tema de los árbitros. Los árbitros tienen que estar en posesión de una titulación expedida por la FEDME. ¿Tenemos a día de hoy árbitros que cumplan con estos requisitos? La respuesta me la guardo, pero creo que resulta evidente. Cada federación autonómica preparará y habilitará a sus árbitros (tras su paso por caja) en base a unos criterios que mucho me temo dependerán del señor o señora responsable del asunto, y que luego serán o no reconocidos por otras autonomías, pero ¿todos van a pitar penalti cuando haya una mano dentro del área? Creo que eso era en el fútbol, pero ¿el centro de gravedad cuando es suficientemente, meridianamente o auténticamente bajo? Sólo es un ejemplo pero luego vienen los lloros y los lamentos, así que mejor llevar las cosas claras desde el principio.

Sí que hay un tema que me preocupa (nótese que lo pongo en cursiva): En el punto 6 del reglamento de la FEDME se habla de la inscripción a la competición y no termino de entenderlo muy bien porque dice que para inscribirse en la prueba es necesario presentar la licencia de la FEDME aunque unas páginas antes habla de competiciones con federados y no federados. ¿Significa esto que alguien no federado no puede participar en una prueba de la FEDME? Si es así, auguro desde ya una baja participación en estas pruebas federadas y me pregunto si algún organizador de pruebas populares estará dispuesto a meterse en tamaño jaleo. Personalmente, ahora que anda por ahí la convocatoria de candidaturas para la organización de pruebas del calendario oficial, tengo que decir que no termino de verlo, pero doctores tiene la iglesia... Supongo que al final se permitirá la inscripción de cualquiera que pague su inscripción, lo de aparecer luego en el ranking de la federación para buen número de participantes no es lo primordial, me parece a mí.

Remitiéndome a la prueba de Cartagena (los federados en montaña pagaban menos y por tanto entiendo que si hubiera habido alguno más lo habría dicho) resulta que de los 72 que tomamos la salida (número más que considerable), sólo un tercio estaban federados. El próximo año veremos en que queda esto, pero por lo que uno va leyendo mucho me temo que al final pueden surgir dos circuitos paralelos, uno de pruebas FEDME y otro de pruebas no federadas, más cercano a lo que son las pruebas populares de atletismo que abundan en cada ciudad. Y si todo queda en eso no estará mal la cosa, el problema vendría si los marchadores deciden tomar partido por uno u otro circuito dependiendo de quién organice la prueba. Es posible que alguien me vea como un agorero, pero más vale prevenir que curar.

Y por último queda el otro gran tema, llegamos a las penalizaciones..., había que mentar la bicha :)
Tarjetas, blancas, amarillas y rojas que en el reglamento FEDME se resumen más o menos así:
Tarjeta blanca: una de las causas es no ejecutar correctamente la técnica, entiendo que clavar delante o detrás, no pasar la mano... Bien. También dice que más de dos advertencias (¿tres, cuatro, cinco o veinticinco?) por el mismo motivo implica tarjeta amarilla.
Tarjeta amarilla: Trotar, bajar centro de gravedad, marcha atlética ¿qué significa esto de marcha atlética exactamente, dónde ponemos el límite de lo que es bajar el centro de gravedad?
La primera tarjeta amarilla conlleva 2 minutos de sanción, la segunda 4 minutos más, la tercera lleva a la descalificación.
Tarjeta roja: Correr. ¿Correr es trotar rápido o el trote rápido sólo se considera trote, a qué velocidad hay que ir para dejar de trotar y comenzar a correr? Perdóneseme la broma pero es que al final todo se queda en la subjetividad del que imparte justicia. Y se termina cargando sobre los árbitros una decisión complicada porque el reglamento no es lo suficientemente claro al respecto. Y luego pasará lo de siempre, que si allí no sacaron tarjeta a nadie y aquel corría, que si allá sacaron tarjetas a todos y resulta que hicieron lo mismo de antes de ayer... ¿Les suena, verdad?

Miranda de Ebro y Cartagena han sido muy distintas en este aspecto. En Miranda con algo más de una treintena de participantes hubo amonestaciones para todos excepto cinco participantes y al final creo recordar que hubo hasta doce descalificados por haber recibido cuatro amonestaciones. En Cartagena no llegaron a cinco las amonestaciones... ¿Diferente rasero?, ¿jueces que no permiten nada versus jueces que lo permiten todo? ¿competidores con una técnica desastrosa en Miranda y competidores con una maravillosa técnica en Cartagena? No es tema baladí, y es hora de poner el cascabel al gato.

Entiendo perfectamente las dos posturas, tienen sus pros y sus contras. Quien iba a Miranda sabía lo que se iba a encontrar, Qanzio lo había anunciado por activa, pasiva y perifrástica en su blog y cumplió con lo que había avisado. Así de crudo y así de claro. Esto se permite y esto no, el que no haga las cosas de determinada manera va a ser sancionado y punto. Llorado se viene de casa y si no te gusta no haber venido. A mí me sancionaron con un minuto, y probablemente fueron benévolos conmigo, mi sobrina se llevó 6 minutos en su primera competición pero también es cierto que le quedó muy claro que esto de la competición no era un juego.

En Cartagena, igual que pasó en marzo en Aranjuez, había un buen número de jueces, en algunos casos entiendo que más a nivel disuasorio que para sancionar, además se competía en un circuito relativamente pequeño con lo que prácticamente no había puntos en los que los competidores no estuviéramos escrutados por un árbitro, pero no hubo apenas sanciones. A mí personalmente me avisaron en varias ocasiones de la clavada del bastón, pero no me amonestaron, podríamos decir que se optó por las tarjetas blancas... Pero tampoco nos engañemos, en Cartagena había mucha gente -igual que en Aranjuez- que era la primera vez que iba a competir, que posiblemente no se habían leído siquiera el reglamento y que si eran descalificados por no cumplir con la técnica de marcha nórdica se habrían pillado un buen rebote y posiblemente no habrían vuelto a competir jamás. No hay que poner paños calientes, las cosas son así y es mejor decirlas alto y claro. Una sensación que saqué (puede que equivocada) es que el nivel medio de los participantes era bastante más alto en Miranda que en Cartagena, gente más experta y habituada a la competición, no es mejor ni peor, simplemente es diferente.

¿Y uno qué piensa de todo esto? Pues se me ocurre que existe una opción y es en la misma prueba, mismo circuito, mismas condiciones..., poner dos tipos de dorsal, el de competición y el popular. En competición directamente hay que optar por no pasar una, en popular podemos corregir, recomendar, enseñar, educar..., pero el que va a competir tiene que saber dónde va y aceptar que hay unas normas y unas reglas y si no las cumple va a ser sancionado. Si la técnica de uno no da para competir pues nos vamos al otro nivel hasta que consigamos llegar al mínimo. Y si esto no se hace y es una prueba competitiva soy de la opinión de apostar no por la dureza, sino simplemente por cumplir las normas, más al estilo de lo que ocurrió en Miranda. ¿Por qué? Pues porque en caso contrario comenzaremos a desvirtuar la competición, no puede ser que se llegue a la meta y todos los comentarios vayan en el sentido de a este tenían que haberle sancionado y a este otro también y..., por supuesto habrá jueces mejores y habrá jueces peores, pero también tenemos que aprender a respetarlos desde ya, sus decisiones no son fáciles y qué menos que poner algo de nuestra parte.







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